Primera edición del Hip Hop Music Fest puso a temblar el Pepsi Center…
Texto: Carlos_Halaneo | @JC_Halaneo
Fotos: David Alejandro Prado Lievana | @DjDrOtis
#HIPHOPMusicFestVol1
Pantalones entubados, holgados, camisetas de los usados por beisbolistas, camisas anchas, playeras ajustadas, tatuajes, muchos tatuajes, bermudas, tenis como de jugador de baloncestol, shorts “sexys”, tacones (los menos), y hasta vasos de café del Starbucks, en fin, que el chiclé de raper y del seguidor de la cultura del hip hop parece haber perdido influencia. Así lo hizo parecer la primera edición del Hip Hop Music Fest que se llevó a cabo en el Pepsi Center.
¿Recuerdas cuando la gente veía mal al raper, porque parecía una mala influencia para la joventud? –pregunta Rapsusklei a Juaninacka, quienes intervinieron entre las 4:30 y 6 de la tarde-, hoy en día las señoras piden un autógrafo para el hijo o la sobrina porque los raperos cantan sobre cuestiones de política -concluye. Al terminar su declaración, los miles de asistentes estallaron en una ovación, como dando la razón al rapero español. En la casi hora y media en que estuvieron en el escenario, Rapsusklei, Juaninacka y Sharif, que aprovecharon el festival para presentar su reciente material: “Curso básico de poesía”, efectivamente hicieron mención a cuestiones políticas, pero también recitaron poesía sobre amor y desamor, la amistad, y otros temas, todos acompañados por los beats del MC y DJ mexicano Eric el Niño. Cuestión de percepción, pero probablemente fue con su presentación que los asistentes comenzaron a participar más con coros y el alboroto.
Antes se presentó Alan Alejandro Maldonado, A.K.A Dharius, y ex integrantes de Cartel de Santa, quien recitó los versos guardados en su disco “Directo Hasta Arriba”. En el escenario lo acompañaron un par de coristas, vestidos con pantalones color caqui y playera blanca. También tuvo participación una muñeca inflable que “brinco” entre el público, mientras Dharius cantaba canciones como Internacional, Homicida y La raja.
Delinquent Habits también hicieron lo propio, con frases en español y la mayoría en inglés, convivieron con el público, que ya para la hora de su presentación (poco más de las 2 de la tarde) estaba bastante nutrido. Entre samplers de canciones rancheras y la interacción con la gente, los oriundos de Los Àngeles emocionaron a la gente cada que se escuchaba una trompeta de mariachi al inicio de las canciones. También fue con ellos que las manos se veían en el aire, como abanicando el escenario: arriba y abajo al ritmo del beat. Los celulares grabando vídeo o capturando fotografías, como ya es costumbre en los conciertos, también comenzaron a ser constantes con su presentación, y continuó hasta la presentación de Nach y Public Enemy, así como Xzibit.
En la escena nacional hay buenos representantes de rap. A juicio propio, Gera MXM (Monterrey) es uno de ellos, y de hecho bastante joven con 20 años. En su presentación, después de Arianna Puello y Skool 77 (también mexicano, de Guadalajara), tuvo buena respuesta, pues a pesar de ser las primeras horas del festival, ya había bastante audiencia, aunque no sólo fue eso, la gente lo identifica y tiene un público consolidado.
Como en todos los festivales, y conciertos, la cerveza no hizo falta. Con vaso en mano, los asistentes corearon las canciones emblemáticas de cada colectivo o raper. El recinto estaba dividido, aparentemente, en dos, mientras algunos estaban frente al escenario, algunos aprovecharon para descansar en la parte de atrás, donde con el juego de luces del frente, por momentos parecía una playa a contraluz. En cada cambio de banda, las filas de los expendios de cerveza crecían en segundos, así también los de comida. En la entrada del recinto algunos aprovechaban para descansar y otros se dirigían al área de fumar.
Crazytown estuvo a cargo de rapcore. Con banda en vivo, y canciones más agresivas en sonido, con una voz más gutural y algunos toques de electrónica, fue un contraste con lo antes escuchado. Tuvo un inicio regular, quizá por el cambio de formato en la música, pero de a poco animó a los asistentes. Con la presentación del español KaseO Jazz Magnetism se levantaron los ánimos de nuevo. El jazz, género que al igual que el rap, parece que está retomando fuerza en la capital mexicana, fue un toque ideal que dio sabor al festival, y quizá el mejor preámbulo para continuar con el rap gringo con la presentación de Xzibit, quien el público ovacionó en varias ocasiones, a pesar de las horas que habían pasado de pie. Los seguidores del rap retomaron fuerza para acompañar con brincos abanicando el escenario con sus manos.
Con Nach casi se llegaba al final del festival que tuvo una excelente respuesta. El rap español tuvo inmejorable presencia. A pesar de haberse presentado un par de días antes, Nach tuvo igual recibimiento en el escenario: ovación y aplausos. Con canciones que conforman su reciente material “A través de mí”, y otras que sin duda ya son parte de su estilo como rapero, con una lírica profunda con temáticas que apuntan a lo político y social, puso a corear a los asistentes, a quienes invitó a elevar las manos por la no violencia.
Y para el final, Public Enemy, considerados pioneros en el rap, originarios de Nueva York. Con estilo más bien fiestero, con beats más movidos, Flavor Flav y Chuck D pusieron a bailar a toda la gente, que a pesar de la hora, y de las casi doce horas de festival, estaba bastante nutrida, y con la suficiente energía para brincar al ritmo de los versos. No importaron las largas ausencias de discos, ni la distancia de generaciones (el colectivo se formó en 1982), los asistentes de edades variados, todos por igual saltaron, bailaron, gritaron… con la presentación de los neoyorkinos.
Sin duda, el Hip Hop Music Fest fue un gran tino para los organizadores, hacía falta un evento que considerara el género del rap. Así también los raperos y colectivos que conformaron el cartel, un balance entre lo nacional, el rap español y el gringo. Esperamos que no sea la edición única, y que mejore cada vez más.