Viaje sonoro en la colonia Condesa…
por: Bernardo Ameneyro | @nayoameneyro
Fotos: Toni Francois / Cortesía
#VicenticoMx
Lluvia y tránsito al rededor de El Plaza Condesa que abrió sus puertas la noche del 19 de abril del 2016 al público paciente que tuvo que esperar la reposición de la fecha, luego de que al maestro Gabriel Fernández Capello (Vicentico) fuera diagnosticado en octubre del año pasado con un cuadro fuerte de laringitis y fiebre lo que le impidió presentarse; todo bien, caras sonrientes y selfies del recuerdo mientras que las barras empezaban a dar salida a los primeros tragos de la noche de martes.
Tras un breve retraso para dar oportunidad a los que la sufrían por llegar a tiempo a la cita con el ahora ícono del rock en español, llegó por fin el bajón de luces y de la música ambiental, Vicentico saludó al respetable con un tema de influencias rockabilly, muy sabroso “On the road”, le continuaron una terna que llevó de apoco al respetable con la suma de emociones, “Un Diamante”, “El rey del rock” y “La Carta”.
La primera ovación llego con “Viento”, coreada y celebrada de principio a fin por el público que reconoció el trabajo del ensamble de músicos donde a la lejanía nos pareció ver al hijo de Vicentico acompañando con su guitarra.
Continuaron con “Si me dejan”, un reclamo melancólico con cara de balada con grandes destellos ponchados en los riffs de guitarra y los teclados.
Vicentico sólo… “No te apartes de mi”, ideal para iniciar una buena tanda de temas en formato acústico.
¿Alguna canción en especial ? Preguntó al público…
“Siguiendo a la Luna”, también en acústico, con algo de reverberador en la voz y su guitarra, un tema convertido en himno, interpretada con harta emoción por el respetable que desgañitó agusto.
“El Aguijón”, también en desenchufado, lo que permitió plantear la cara poética del tema que también nos ha puesto a bailar en innumerables ocasiones.
“Algo contigo”, también sin instrumentos electrónicos, acompañado por el teclado y de apoco con la batería y bajo, regalándonos un bolero con lo que bien podría pasar por un cuarteto de jazz, harto sentido.
De vuelta con todos los músicos, los decibelios comenzaron a subir con “Paisaje”, impecable, sin duda uno de los mejores momentos de la noche.
Por la misma línea de ejecución, “Ya no te quiero” y “Creo que me enamoré”; las condiciones técnicas sonoras del foro cumplió con creces las exigencias de los músicos arriba del escenario, un conjunto en toda la extensión de la palabra, todos suman, cobijan ¿o debo decir respaldan? Al frontman que conectó con las mismas miradas de quienes lo han celebrado desde hace muchos años.
Algo más movido… “Morir a Tu lado” y “Sólo un momento” emoción a tope, brincos, abrazos y gritos hicieron cimbrar la estructura de El Plaza Condesa.
Luego de la primera amenaza de abandonar el escenario, llegó un breve entretiempo,
“Último Acto”, “Basta de llamarme así”, versión rockeadita, destellos country que nos ubican en tiempos mejores con los ojos inyectados de whisky, recordando a los que se nos adelantaron; harto sentida, ojo papujo , donde por más que buscaba a mi orejón adorado no hubo más remedio que gritarle con palabras de alguien más lo mucho que nos hace falta.
Para cerrar con broche de oro, “Los caminos de la vida”, con Vicentico invitando al respetable a poner las palmas de las manos arriba de los hombros, por último “Vasos Vacíos”.