Noche mágica en el Domo de Cobre…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
Foto | OCESA | Lulu Urdapilleta.
Nada se compara al ser testigo de la evolución de un artista como Jorge Siddhartha González Ibarra, músico, compositor, cantante y productor a quien la vida nos permitió conocer, no recordamos cuándo… en foros donde se impulsaba al talento emergente nacional como El Imperial con sus martes inolvidables, el Caradura con su buena curaduría y claro, el paso itinerante entre colaboraciones aquì y alla, palomazos en escenarios con cualidades técnicas superiores y de repente, empiezan a llegar las oportunidades, la de consolidar una apuesta, porque muchos piensan que la noche de anoche, viernes 2 de septiembre de 2022, arriba del escenario del Palacio de los Deportes, la carrera que comenzó en solitario, por fin se logró consolidar y no, no es el caso; me explico:
La consolidación de la carrera del músico orginario de Guadalajara, Jalisco comenzó en esos supuestos escenarios pequeños, que en realidad son gigantes o antesala de lo que “suma”, números a lo que requiere ser contado, como la venta de discos o boletos, por ejemplo, y que de alguna u otra manera, le dotaron de las herramientas para dar firmeza a la estructura que comenzó hace 15 años, según mis nervios y pésima memoria.
Esa supuesta difìcil decisión, motivada de salir de una zona de confort, al ser parte de uno de los proyectos más reconocidos en la escena del rock nacional (baterista de Zoé), fue precisamente lo que motivò convertir una carrera definitiva y suponemos, más o menos estable.
Esa decisión le permitió sembrar en los mal llamados escenarios pequeños, para ir sumando seguidores, pasando por escenarios como El Plaza Condesa, Teatro Metropólitan, Auditorio Nacional, y un montón de presentaciones en festivales, como el Vive Latino donde tuvimos la oportunidad de ser testigos de que las oportunidades se ganan y justo eso ocurrió la noche de ayer en el Palacio de los Deportes, donde se colgó dos veces el letrerito de Boletos Agotados, un doblete que para muchos podría significar una sorpresa, pero en realidad es la consecuencia.
La consecuencia de no conformarse y sumar a una escena lastimada ya sea por gente mañosa o por bichos que pusieron una pausa terrible a nuestras vidas, eso es lo suma un artista con el ímpetu y valor como el de Siddhartha, quien supo reconocer que nunca hay que conformarse con nada, los resultados, las consecuencias, siempre llegan.
Como muestra de lo anterior, la lista de canciones no podría más que evidenciar la evoluciòn tanto en la lírica como en lo musical, las progresiones melódicas son suaves y se basan o estructuran en las cualidades y estilo único del cantante tapatío quien ofreció un concierto harto sentido ante 18 mil almas.
Los adornos en temas como: “No Es Antes Ni Después”, “80 Días”, “Infinitos”, “Mapa”, “Náufrago”, “Bacalar”, los aportan la guitarra y el teclado, la estructura que provee el bajo le da la oportunidad de acentuar los puntos climáticos a la batería que empuja la lírica suave, cálida pero decidida del otrora baterista de Zoé.
De apoco la intensidad en la ejecución, provoca en el público respetable que abarrotó el Domo de Cobre una comunión harto sentida, que corea de principio a fin temas de reciente manufactura y los temas que lograron posicionar esta gran propuesta que se hace cada ve más mañosa con los años; la calidez con la que el cantautor multi instrumentista y productor le habla a su fiel legión de seguidores se afianza cada vez más con los años.
Juego de luces robotizadas, formaban formas simétricas desde el fondo del escenario con la pantalla espectacular que abarcaba todo el ancho del entablado, sirvieron de ambientación para que el Domo de Cobre se zangoloteara con los temas más celebrados por el público respetable: “A la Distancia”, “Paraíso Lunar”, “Loco”, “Brújula”, “00:00”, “Únicos”.