El adiós de Santa Sabina…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
FOTOS CORTESÍA PAULO VIDALES
#SantaSabina30Años
#ExperienciaCuadrafónica
De trascender a través del desprendimiento, un acto de fe sin duda para dejar en manos ajenas el trabajo de una vida, eso fue lo que atestiguamos la noche del viernes 27 de septiembre en el majestuoso Teatro Metropólitan con el ensamble de músicos de Santa Sabina.
Un acto de amor sin duda el entregarse y con ello, el entregar su obra en manos del público el resultado de tres décadas de trabajo donde ya ni siquiera están todos los que deberían, pero sí su legado.
Eso es lo poderoso del arte, sus posibilidades son infinitas pues llega un momento que la obra ya no le pertenece al artista, sino a quien, de manera grata, gozosa, lo posee.
Ritual de sanación, que reconoce que la muerte tiene una significación diferente en la música; que trasciende, es atemporal y es resultado de la tradición milenaria que encontró su eslabón con lo que es comúnmente denominado en la era moderna en una abuelita sabia, de origen mazateca, quien conocía el poder de la tierra de una sierra que vigila y se encuentra lista para poder volver a darnos esperanza.
Hablar de Santa Sabina es hablar de Rita Guerrero, la encantadora vocalista de la banda que supo experimentar su cualidad vocal en atmósferas que van del rock progresivo, al gótico, adornado de jazz, mucho jazz que le permitieron explorar tanto su rango vocal como su habilidad teatral para tener lo que en ese momento era un performance vanguardista.
De ahí la fantástica idea de la experiencia cuadrafónica que rinde tributo y nos vuelve a conectar con la Rita Guerrero, que en su momento nos hacía babear de amor aún antes de darnos cuenta del pedazo de artista que era; eso y claro las también encantadoras Iraida Noriega, Rene Mooi, Jessy Bulbo, Dafne y Sandra (Descartes A Kant), Belén Ruiz Guerrero, sobrina de Rita en el chelo, Ximena Moreno, y Carmina Escobar, dejaron claro que el futuro es apostar por rock femenil mexicano
Hablar de Santa Sabina también significa hablar de Julio Díaz a quien recordaron sus compañeros y amigos como Chava Moreno y Alfonso André quienes también fueron parte de la larga lista de invitados de los ahora conocidos como Los Sabinos: Poncho Figueroa, Alejandro Otaola, Patricio Iglesias, Juan Sebastián Lach, Jacobo Lieberman, Pablo Valero, Aldo Max y Leonel Pérez, músicos mañosos, con harto oficio que trascienden por su aporte irrepetible en una noche que sentimos a Rita cerca, muy cerca, y que aún en otro plano, estamos seguros que recorrió a pie, pausada y luego a paso veloz como acostumbraba cada rincón del foro del Centro Histórico de la Ciudad de México en medio de un buen repaso de los temas que la hicieron inmortal como: “Humo canción”, “Incierto Destino”, “Laberintos”, “Invitación”, “Ojalá Fuera Tu Voz”, “Duerme amor”, “Canción”, “Dix”, “La Daga”, “Signo del Deseo”, “Babel”, “Olvido”, “Lamento”, “El cielo”, “La Garra”, “Alas Negras”, “Miedo”, “Nos Queremos Morir”, “Estando Aquí No Estoy”, “Una Canción Para Louis (Vampiro)”, “Vacío”, “Labios Mojados”, “Mirrota”, “Chicles”, “Gasto De Saliva”, “Siente la Claridad”, “Azul Casi Morado”, “A la Orilla del Sol”, “El Ángel” y “Después de Muerto”.