El Poeta Halley inspiró al Metropólitan…
Carlos Halaneo: @jc_halaneo
FOTOS CORTESIA CESAR VICUÑA
#GiraHalleyMx
Armados de sus canciones y un buen show de luces, Love of Lesbian se estrenó sin ninguna pretensión en el Teatro Metropolitan. “Cuando no me ves” abrió el concierto que duraría alrededor de 3 horas. Un Santi Balmes algo hiperactivo durante todo el evento, con evidente emoción agradeció a los asistentes para luego seguirse con “Bajo el Volcán”, primer sencillo del “Poeta Halley”, material que hizo posible dos fechas en este recinto.
Balmes recordó a Leonard Cohen, que falleció una noche antes. “Seres únicos” fue dedicada al también poeta y novelista, así como a Price y a Bowie, que también fueron víctimas de un 2016 nefasto, como llamó Santi a este año que ha sido el verdugo de la escena musical.
Para el cuarto tema, se retrocedió hasta el 2009. “Allí donde solíamos gritar” encendió los ánimos en las butacas: las palmas, los coros y un final con tintes acústicos generaron un ánimo que no paró en todo el concierto. Siguieron “Noches reversibles” y “1999”.
De su último disco, los españoles estrenaron en el escenario “En busca del mago”; y para la interpretación de “Belice”, las luces (y su operador, por supuesto) no le pidieron nada al Filux que afuera se estaba llevando a cabo. “Niña imantada” sonó en versión acústica, mientras Balmes relataba una anécdota de desamor y de encuentros inesperados entre dos personas en medio de millones. El tono acústico alcanzó también al “Segundo asalto”.
“La noche eterna” sonó como una promesa y un deseo para los asistentes que para este punto ya no se sentaban. “Contraespionaje” se entonó dedicada a su ciudad natal, Barcelona. Y después de dejarnos claro que los “Males pasajeros”, son justamente eso, pasajeros. Julián Saldarriaga presumió las “palabrejas” que ha aprendido del argot mexicano, y advirtió junto con Santi Balmes que no es de sorprender si su próximo disco contenga algunas expresiones mexicanas.
Siguió “Oniria” como final de una primera parte del concierto. Al regresar al escenario, se interpretaron “Psiconautas”, “IMT” y el “Yin Yen”, canciones que se destacaron por el juego de luces, los sonidos electrónicos, una explosión de papel recortado y el ánimo del público. La euforia se atenuó un poco cuando Santi Balmes pidió a los asistes ayuda para grabar tres despertadores al estilo de los mexicanos con frases que incluían palabras como “pendejo”.
“Incendio de nieve” sirvió como pretexto para generar mayor interacción entre la banda y la gente. “Si Trump os preguntara si estáis dispuestos a tener sexo con él a cambio de dejar la presidencia de EU, ¿qué consterias?”, preguntó Balmes para que a coro el público respondiera un “Noooo, no, no, no” (a excepción de uno que otro despistado). La efervescencia aumentó de nuevo con los “Toros en la wii” que se interpretó con pasos de baile entre cómicos y sensuales por parte del vocalista, que fueron constantes en las últimas canciones: “Algunas plantas” y “John boy”.
En el encore se interpretó “El poeta Halley” con una grabación de Serrat que recita la última, y gran parte, de esta canción; y “Planeador” que cerró el primero de dos conciertos de Love of Lesbian en el Metropólitan. A juicio propio, la banda española dio un gran show que no necesitó de mucha parafernalia, solo de una dedicación genuina en cada canción y un espectáculo de luces muy bien montado y en sincronía con cada tema.
Armados de sus canciones y un buen show de luces, Love of Lesbian se estrenó sin ninguna pretensión en el Teatro Metropolitan. “Cuando no me ves” abrió el concierto que duraría alrededor de 3 horas. Un Santi Balmes algo hiperactivo durante todo el evento, con evidente emoción agradeció a los asistentes para luego seguirse con “Bajo el Volcán”, primer sencillo del “Poeta Halley”, material que hizo posible dos fechas en este recinto.
Balmes recordó a Leonard Cohen, que falleció una noche antes. “Seres únicos” fue dedicada al también poeta y novelista, así como a Prince y a David Bowie, que también fueron víctimas de un 2016 nefasto, como llamó Santi a este año que ha sido el verdugo de la escena musical.
Para el cuarto tema, se retrocedió hasta el 2009. “Allí donde solíamos gritar” encendió los ánimos en las butacas: las palmas, los coros y un final con tintes acústicos generaron un ánimo que no paró en todo el concierto. Siguieron “Noches reversibles” y “1999”.
De su último disco, los españoles estrenaron en el escenario “En busca del mago”; y para la interpretación de “Belice”, las luces (y su operador, por supuesto) no le pidieron nada al Filux que afuera se estaba llevando a cabo. “Niña imantada” sonó en versión acústica, mientras Balmes relataba una anécdota de desamor y de encuentros inesperados entre dos personas en medio de millones. El tono acústico alcanzó también al “Segundo asalto”.
“La noche eterna” sonó como una promesa y un deseo para los asistentes que para este punto ya no se sentaban. “Contraespionaje” se entonó dedicada a su ciudad natal, Barcelona. Y después de dejarnos claro que los “Males pasajeros”, son justamente eso, pasajeros. Julián Saldarriaga presumió las “palabrejas” que ha aprendido del argot mexicano, y advirtió junto con Santi Balmes que no es de sorprender si su próximo disco contenga algunas expresiones mexicanas.
Siguió “Oniria” como final de una primera parte del concierto. Al regresar al escenario, se interpretaron “Psiconautas”, “IMT” y el “Yin Yen”, canciones que se destacaron por el juego de luces, los sonidos electrónicos, una explosión de papel recortado y el ánimo del público. La euforia se atenuó un poco cuando Santi Balmes pidió a los asistes ayuda para grabar tres despertadores al estilo de los mexicanos con frases que incluían palabras como “pendejo”.
“Incendio de nieve” sirvió como pretexto para generar mayor interacción entre la banda y la gente. “Si Trump os preguntara si estáis dispuestos a tener sexo con él a cambio de dejar la presidencia de EU, ¿qué consterias?”, preguntó Balmes para que a coro el público respondiera un “Noooo, no, no, no” (a excepción de uno que otro despistado). La efervescencia aumentó de nuevo con los “Toros en la wii” que se interpretó con pasos de baile entre cómicos y sensuales por parte del vocalista, que fueron constantes en las últimas canciones: “Algunas plantas” y “John boy”.
En el encore se interpretó “El Poeta Halley” con una grabación de Serrat que recita la última, y gran parte, de esta canción; y “Planeador” que cerró el primero de dos conciertos de Love of Lesbian en el Metropólitan. A juicio propio, la banda española dio un gran show que no necesitó de mucha parafernalia, solo de una dedicación genuina en cada canción y un espectáculo de luces muy bien montado y en sincronía con cada tema.