Jake Bugg, un show acústico y único en El Plaza…
Texto: Ángel Santillán | @angelchantilli
FOTOS: ÓSCAR VILLANUEVA DORANTES (OVD) / CORTESÍA
#JakeBuggMx
Desde tempranas horas, poco después de que las puertas de El Plaza Condesa, el foro ubicado en el corazón de la colonia Condesa, fueran abiertas, decenas de personas ya estaban a la espera de poder acceder y colocarse en un lugar cercano para ver a Jake Bugg en acción, el joven músico británico de 24 años que visitaría la Ciudad de México una vez más para ofrecer un repertorio netamente acústico.
“¡Qué pedo! Soy Axel Catalán. Producto nacional“, mencionó el músico solista mexicano que fue el telonero de la noche en El Plaza Condesa. Siguiendo la misma línea de letras con ironía y llenas de cotidianidad en la vida, Axel se mantuvo solo con su guitarra eléctrica en la temática acústica que ameritaba la ocasión.
Y así, entre gritos y aplausos de alguno que otro seguidor con los que contaba el músico, aunado a otros más que se sumaron a su encanto, despidieron a Axel Catalán tras su breve pero muy buena participación.
Puntual a como indicaba el horario, Jake Bugg salió entre una oleada de gritos ensordecedores, sobre todo de parte de las jovencitas que no dudaron en abalanzarse hacia adelante por medio de empujones. Un saludo tenue con una leve sonrisa y el británico tomó su guitarra para empezar el set con “How Soon the Down” y continuar así con “Saffron” y “Strange Creatures”.
“Muchas gracias a todos por estar aquí. Es un gran placer tocar para ustedes. La vamos a pasar genial”, mencionó en su lengua materna inglés, con la que compartía más mensajes cada que terminaba una canción.
Las sentimentales “Me and You” y “Broken” hicieron que algunos cuántos derramaran lágrimas mientras grababan los temas en sus celulares y danzaban de un lado a otro sobre su misma posición. Un vaso de agua, luego otro y otro. Incontables las veces en que Jake bebía agua tras terminar de tocar un track y exigirle a esa gran voz privilegiada. “Disculpen que beba tanta agua, está un poco dañada mi garganta, pero sigamos pasandola grandioso”, dijo el cantautor para así empezar con “Folsom Prison Blues”, un cover que frecuentemente interpreta de Johnny Cash.
Para el final, dos canciones que lo colocaron en la cima y con las que se consagraría en su primer álbum con nombre homónimo: “Two Fingers” y “Lightingbolt”, con las que puso a cantar a todos para despedirse como un grande entre ovaciones que retumbaban su nombre.