El Sayonara Tour, está en la casa…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel.
Fotos Cortesía OCESA / Santiago Covarrubias
#SayonaraTour
Con dos fechas programadas en la Ciudad de México, el rapero, cantante y compositor musical puertorriqueño Jorge Álvaro Díaz Rodríguez, mejor conocido como Álvaro Díaz, se presentó en el Auditorio Nacional, la noche del pasado jueves 12 de septiembre para dar cuenta de lo que se necesita para que en poco más de una década de trabajo se pase del underground a la convocatoria de dos fechas en uno de los escenarios más importantes no solo de la capirucha sino del país.
Con el antencedente contextual que mi bebé Helena me hace favor al reproducir su musica y con la única expectativa de aprender y divertirme, aproveche la espera en las filas de acreditación para preguntarles a mis amiX colegas para que me pusieran más o menos en una mejor posición para comprender su propuesta musical.
Y pos nada, como lo mejor de la vida, todo llega cuando menos uno lo espera, pero SIEMPRE,sí cuando más se necesita, esa es la analogía de la vida vs. la música que nos hace mejores personas y ayer, mientras bailaba como todo cuarentón que hace lo que se le pega la chingada gana, el multipremiado Alvarito consujo de principio a fin, mediante manifiesto o plan de viaje el trayecto ideal para los que estamos pinches estancados por un mal amor del cual no terminamos de dejar de lado.
Alvarito nos lleva de la mano, recordándonos que para avanzar hay que reconocer que la historia ya terminó, que es necesario repasar el camino que empezó en Felicilandia y que ya es buen momento de decirle Sayonara…
Así, miles de personas, disfrutaron junto al trapero y reggaetonero caribeño con temas como: “Mami 100pre sabe”, “En pr no hace frío”, “1000 canciones”, “Ramona Flowers”, “Lentito”, “YOKO”, mientras compartía el escenario con harto invitado con quien ha trabajado a lo largo de su carrera, misma que agradeció en cada oportunidad al público respetable por el cuál es evidente el respeto que tiene y eso se agradece con entradores como el de anoche y seguro de mañana sábado.
El trayecto trazado por alvarito resulta que sirve para enfocarse en uno, amarse tan chulo como se le amó a quien no nos hacía bien; y recordar que las personas felices no se enamoran, porque no pinches necesitan nada y hacer autocrítica, pero ahora sí de fondo no de forma, y mientras se baila, reconocer que al no saberse suficiente se da espacio a la chingadera; de estar truchas para no volver a caer en el engaño de sentirse importante por lo que nos dice alguien en vez de fijarse en lo que hacen; no es necesario.
Aprender a decir adiós y agradecer que la historia no siempre fue triste, por lo que no hay lugar a más dudas ni mucho menos resentimiento, ser inteligentes y dejar de responsabilizar a los demás de nuestra felicidad.
Decir Sayonara no solo es decirle adiós a quien se le amó con el alma sino a la persona que fuimos para no acabar hecho cagada de nuevo. Porque seamos sinceros, nos volvimos baquetones creyendo esas cursilerías de que se trata de encontrar a alguien perfecto para ser felices, cuando la realidad es que hay que trabajar en uno para convertirse en la persona correcta para el resto de nuestros días y dejar de idealizar que alguien más va a llegar a salvarnos, recordar que la diferencia entre lo que somos como personas y lo que queremos llegar a ser, deriva en lo que hacemos.