Reseña y Fotogalería | Hipnosis 2021 | Quarry Studios.

Ceremonia psicodélica en CDMX…

por: Diana Natalia Borrego García

y Bernardo Ameneyro Esquivel @nayoameneyro

#HipnosisMX

#Hipnosis2021

Luminosa de principio a fin, así fue la jornada del sábado 6 de noviembre en la cuarta edición del Festival Hipnosis, llevada a cabo en Quarry Studios, un recinto al aire libre, ubicada el sur de la Ciudad de México que sirvió de sede para la ceremonia psicodélica más importante en nuestro país que en este año podemos calificar de luminosa, llena de buena vibra, revulsiva por donde se le quiera ver, por los beneficios concretados a lo largo del día con actos en vivo de bandas consolidadas y otras en camino de serlo, dando un buen balance para los amantes del género musical que busca calidad y nuevas propuestas.

Así, en medio de un clima total y completamente invernal, primero soleado y después muy frío, el público respetable encontró se dio cita paa disfrutar de una tarde que no solo nos dio un rayito de luz -en madio de tanta tragedia, provocada por la pandemia-, sino un ventanal de esos de casas fifí que permiten disfrutar de un día despejado.

Luego de unos pequeños ajustes en el horario del festival, la liturgia sonora por fin pudo ofrecer al público capitalino una tarde noche llena de diversida sonora, con propuestas que van desde lo revival o clásico hasta lo más ruidoso que los subgéneros calificados como alternativos permiten.

A destacar la incursión de bandas novel, como Mature Overated Animals, ACTY y Mengers que recibieron la oportunidad de demostrar que lo hecho en casa se hace con una mano en os huevos y otra en el corazón, sin duda la proyección de los tres proyectos es favorable y más con organizadores que apuestan por el talento mexicano.

Así, en tres escenarios ubicados muy cerca uno del otro, sirvieron para que el público respetable se pudiera trasladar sin problemas entre cada presentación y hacer las pausas clásicas de festival para disfrutar de su oferta gastronómica así como de unos buenos tragos.

Bandas como Deradoorian, Tonstartssbandht, Ty Segall (en solitario, en formato acústico), La Luz y Diles Que No Me Maten, nos permitieron reconocer las diferentes caras del rock psicodélico en medio de ruido, mucho ruido con contrapesos de melodías sutiles, cómodas, armoniosas, incluso dulces y claro por momentos bailables.

Con platillos fuertes como Lorelle Meets The Obsolete, Sugar Candy Mountain, Los Dug Dug’s, Fuzz, TR/ST, La Femme y Monolord, dimos cuenta de la especialización en el ruido, que saben sintetizar los orígenes y destinos de los subgéneros del rock con una proyección en el tiempo que claramente nos adelantan días, años y muchas más décadas de sonidos litúrgicos, venerados y aclamados por melómanos que lejos de pretender hacerse los conocedores, están ávidos de querer ser sorprendidos sin un gramo de interés de hacerse los conocedores ni mucho menos, un púbico abierto a sonidos clavados, muy clavados, ponchados, muy ponchados, que lo mismo les da si hay algo que cantar, bailar o simple y sencillamente disfrutar; fórmula perfecta para sumar nuevamente y gracias a Dios, una tarde noche de presentaciones de bandas que nos obligan a sentir más y no tratar de entender la música.

En lo personal, no lo recordaba. La importancia de hablar de música y la cantidad de tiempo que se le debe invertir al placer de escribir de lo ocurrido en un concierto, tomar fotos, editarlas y “subirlas” rapidito porque los hábitos de consumo así lo demandan, nos ubica a los que decidimos “gastar” nuestro tiempo en esto, nos aterriza y nos recuerda que en una mañana de domingo cuando las calles son más tranquilas, hay niñas y niños disfrutando o padeciendo en solitario mientras caminan y cuando no esperan nada, cuando no les provoca nada, escuchan una canción, ven una foto de alguien con un instrumento reluciente arriba de un escenario, leen por casualidad una entrevista o se enteran a través de una reseña los promenores de un festival al que no pueden asistir por edad, economía o lo que gusten y manden.

Dicho de otra manera, lo hacemos porque nos debemos a esos niños (incluye a niñas) para decirles a través de palabras e imágenes que no están solos, y asegurarles que la música los está salvando aún antes de que sea escuchada.

Y obvio, lo hacemos porque podemos y las oportunidades o se aprovechan o se aprovechan…

Chulada de festival, nunca te mueras Hipnosis.

Mature Overated Animals