Despedida llena de Glam… ¡Grandes!
Foto: Rafa Aroche | @sabianmatrix
Texto: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
#TheFinalTour
#RIPMötleyCrüe
#MexicoCity
Difícil llegar a casa a tratar de conciliar el sueño luego de un concierto memorable, con el corazón acelerado que se escucha aún cuando la cabeza esta sobre la almohada, no queda más que dejar de luchar por borrar la sonrisa de la boca, me parece que es el efecto de las llamadas endorfinas; estimulación absoluta de todos los sentidos, en eso resumiría la noche de despedida de Mötley Crüe, banda surgida hace 34 años en la escena californiana dando vida al cuarteto de Glam Metal integrado por Vince Neil (voz), Mick Mars (guitarra), Nikki Sixx (bajo) y Tommy Lee (batería) quienes se presentaron la noche del pasado jueves 10 de septiembre en la Arena Ciudad de México en lo que como dicen los que saben era la fecha más esperada del venue manejado por nuestros amigos de Zignia.
Derroche de producción milimétrica, detalles memorables de una noche llena de Glam con toda la teatralidad de la vieja escuela, pirotecnia desde la primera canción con precisión computarizada, aditamentos en los instrumentos que escupen fuego que pudimos apreciar desde las pantallas gigantes del foro, luces multicolores, estroboscópicas de movimientos mecánicos automatizados por consolas gigantes, gran derroche de recursos, es la opulencia mezclada con adrenalina y claro, la belleza de las bailarinas que acompañan en los coros.
Todo es eso complementa la ejecución mega estructurada, obsesiva y visceral de quienes se hicieron virtuosos en el camino, son los hijos de la psicodelia y de los excesos, de quienes descubrieron en las distorsiones, las explosiones, el fuego, una manera de divertirse y conectar con la gente.
Noche de repaso de éxitos, los mismos de cuando un chamaco cachetón que prefería vestir de negro le legaba mucho tiempo después lo que empezaba a ser leyenda en otras latitudes,
“Girls Girls Girls”, “Wild Side”, “Same Ol’ Situation”, del disco Dr. Feelgood de 1989, un verdadero putazo a los sentidos, nos abrían los ojos a quienes recibíamos información basura de lo que se difundía por la radio. “Smoking In The Boys Room”, “Looks That Kill”, “Motherfucker Of The Year”, “Anarchy In The U. K.”, en memoria de otros grandes Sex Pistols, “Shout Shout At The Devil”, “Louder Than Hell” nos conectaron con el pasado que nos hizo tocar Air Guitar con solos largos y atascados, lo mismo con los viejos anhelos de descargar contra una batería toda nuestra furia, liberación absoluta de alguien que nunca se imaginó que la primera vez que los vería, sería cómodamente sentado.
Momento del famoso “Crüecifly”, la montaña rusa exclusiva de Tommy Lee en las alturas, tocando su batería fijada a la estructura metálica que le permite quedar por momentos de cabeza, por encima del público que experimentaba sorpresa e impavidez, sentimientos mezclados, rostros completamente anonadados, todo lo que pudimos leer en reseñas, apreciar de fotos y vídeos queda corto con el goce de verlo en vivo.
Momento del sólo largo de Mick Mars con su guitarra, al frente con un set de velocidad milimétrica mientras mira de re ojo bajo su sombrero clásico, provocando espasmos, principalmente faciales en el respetable que por momentos enmudece tratando de seguir la velocidad de sus dedos.
“Live Wire” coreada de principio a fin por el público quien protagonizó las vocales un buen porcentaje del tema mientras Vince Neil disfrutaba el espectáculo debajo del escenario
“Dr. Feel Good”, un himno a los excesos, honor a quien honor merece…
Con “Kickstart My Heart” grandes grúas mecánicas pasean por las alturas y a los costados a Vince Neil y Nikki Sixx, punto climático, las emociones a tope, mientras un pentagrama se ilumina de fuego al fondo, gran cierre ensordecedor con miles de papeles multicolores cayendo de las alturas.
ENCORE y cambio de escenario, dando gusto a los que no pudieron estar pegados al principal….
“Home Sweet Home” una balada entrañable interpretada en el escenario “B” también tiene estructura metálica despegable, unos cuantos afortunados son amarrados a la gran masa de metal donde se encuentran los famosos “Asientos Crüesnest” un gigantesco nido metálico que a manera de acordeón los coloca en la mejor de las perspectivas mientras Tommy Lee cambia de la batería al Piano, envidia absoluta…
Se despiden de su público con las manos en alto mientras se escucha a través del sonido local “My Way” del irreemplazable Frank Sinatra.