Noche de Gala en el Coloso de Reforma…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
#NochesDeSalón
Con aforo total, lleno hasta gayola, la noche del pasado viernes 13 de septiembre, se llevó a cabo, la primera de dos fechas agotadas desde hace mucho en Auditorio Nacional, de la banda mexicana Enjambre, integrada por Luis Humberto (voz), Rafael (contrabajo) y Julián Navejas (teclado) y Ángel Sánchez (batería), quienes ofrecieron una chulada de presentación conceptual acústica, denominada Noches de Salón, un agasajo orquestal de temas con historia propia, enchulados hasta la médula.
Con un escenario al fondo estilizado con varios módulos o estaciones de trabajo, escalonados para dividir de un lado el cuarteto de cuerdas y del otro las percusiones, dejando a los costados a las guitaras y al centro y abajo al contrabajo, teclado y vocalista y un nivel más arriba al baterista y a espaldas de este una estructura que simulaba la forma de una concha de mar, que estilizó y evocó el estilo arquitectónico de los teatros de antaño, de la década de los 40 que en su momento su cualidad reflectante apoyaba a los músicos para que no batallaran con los techos muy elevados.
Así con una ambientación que insisto, daba una idea de lo vivido a mediados del siglo pasado, engalanado, primero por el público respetable que se dio cita en el Coloso de Reforma, emperejilado de pies a cabeza, con zapatitos bien lustrado y traje impecable para los caballeros y para las damas, vestidos largos, de noche, tengo entendido es el término y peinadazos de salón que lucieron toda su chulada, porte y buen gusto.
Con toda la ambientación de gala, curiosamente provocada por una banda de rock, y luego de sentirme un fodongo, por todo el glamour que se logró ver en las inmediaciones del foro de la colonia Polanco, el bajón de luces tradicional dio entrada o como dice mi comadre la popis, “cue”, para que se abriera el enorme telón de en medio y hacia los lados mientras la orquesta daba la bienvenida al respetable con una introducción que hacía sentir las cuerdas y percusiones en las meras tripas, mientras arribaban al escenario uno a uno de los integrantes, también con una percha espectacular con smoking de tono rojo con solapas y bolsas negras en la parte superior y pantalón negro con calzado Oxford a dos tonos, punta de ala.
La banda originaria de Fresnillo, Zacatecas, confirmó los reclamos de los abuelos para vacunar a la chamacada a punta de boleros y dejen de escuchar música basura: “Enemigo”, “Cámara de Faltas”, “Visita”, “El Vacío”, “Elemento”, “De Nadie”, “Detéstame”, “Somos Ajenos”, “Manía Cardíaca”, fueron parte de una velada especial para los espectadores ilustres que disfrutaron de principio a fin los arreglos orquestales a los temas harto posicionados en el gusto del respetable
En el mismo plan de revisitar lo cosechado a lo largo de poco más de dos décadas de carrera, interpretaron de manera igualmente sentida “El Ordinario”, “Tengo la Piel Cansada”, “Tulipanes”, “Secuaz”, “Sábado Perpetuo”, “Necrópolis”, “El Derrumbe”.
Luego de un breve entretiempo, “Vida En El Espejo” y “Divergencia”, fueron los temas elegidos para la primera de dos fechas que tienen como objetivo, cerrar con broche de oro esta larga, larga gira por demás exitosa que les permitió presentarse en las principales plazas de nuestro hermoso país y la capirucha no podía ser la excepción.
Enhorabuena.