Nathy Peluso
27 de Octubre
Auditorio Nacional
Preventa Citibanamex: jueves 27 de junio
Venta General: viernes 28 de junio
Boletos a la venta en Ticketmaster
Nathy Peluso dará su primer show en el Auditorio Nacional…
Presenta su nuevo álbum GRASA…
Después de su exitosa presentación en AXE Ceremonia 2022, Nathy Peluso regresa a la CDMX para presentar en vivo su más reciente y aclamado álbum, GRASA. No te pierdas esta presentación en el emblemático Auditorio Nacional el próximo 27 de octubre.
La cantante, compositora, intérprete, rapera y provocadora argentina Nathy Peluso ha anunciado la gira “GRASA”, que incluye su visita a México, Chile y Argentina.
“Esta gira se trata de abrazar lo que somos y celebrarlo con cada ritmo”, compartió Nathy en exclusiva con NYLON esta mañana. “Va a ser cruda, poderosa y llena de energía. No puedo esperar para compartir estos momentos inolvidables con todos ustedes!”.
El aclamado álbum ‘GRASA’ fue lanzado a través de 5020 Records / Sony Music Spain. Las 16 canciones del álbum van acompañadas de viñetas de vídeo conceptualizadas por Nathy, dirigidas por Agustín Puente y producidas por The Movement by Landia.
“TODO ROTO” (Feat. CA7RIEL & Paco Amoroso) se ha convertido rápidamente en una de las canciones favoritas de los fans, siendo trending mundial en Tiktok. En la canción, Nathy ofrece barras fuertes e invita a los oyentes en un viaje de auto-descubrimiento, desafiándolos a enfrentar sus miedos y abrazar su verdadero yo, junto con ella.
La 11 veces nominada al Latin GRAMMY presentó el proyecto junto a la primera canción del álbum, “APRENDER A AMAR”, una oda al amor propio, co-escrita y co-producida por el artista indie alternativo pablopablo. “Es como un mantra que me digo a mí misma y a todo el mundo”, dice Nathy. “Es esencial y no se consigue de la noche a la mañana. Es trabajo hasta el día de tu muerte”.
‘GRASA’ revela a una Nathy más madura y envalentonada que afirma sus capacidades únicas como compositora e intérprete, navegando sin problemas entre el rap, las baladas y los géneros tropicales. Por primera vez, la artista nacida en Argentina y afincada en España revela un lado más íntimo y personal en sus letras, sin miedo a abrirse sobre los dolores de crecimiento y las crisis creativas que vienen con la fama, el éxito y las presiones del estrellato moderno.
En español, “GRASA” evoca muchos significados y subtextos culturales diferentes, especialmente en su Argentina natal, donde la palabra puede significar “hortera”, “de mal gusto” o “vulgar”. Pero Nathy, al igual que su música, no quiere limitarse a una sola definición: podría ser la forma en que exhibe con orgullo su cuerpo que no encaja en el molde de las expectativas heteronormativas mientras reverencia públicamente una porción de pizza o pasta en sus redes sociales. O podría evocar la riqueza de sus arreglos musicales, o incluso su actitud entusiasta de ensuciarse las manos en todo lo que hace. Quiere reivindicar la palabra y convertirla en parte de su universo: “Para mí es un estado de ánimo, un estilo de vida”, afirma.
Nathy coprodujo y coescribió los 16 temas del álbum. La mayoría de los temas son el resultado de una estrecha colaboración con el músico y productor venezolano Manuel Lara (Kali Uchis, Bad Bunny), que también ejerce de productor ejecutivo con Nathy. GRASA” se inspira visual y estilísticamente en un amplio abanico de referencias -la grandeza cinematográfica de la mafia, la salsa neoyorquina de los 70, iconos actuales como Kendrick Lamar-, pero con un sonido contemporáneo. El álbum se siente como la banda sonora del momento actual de Nathy, que amplía fronteras y desafía las expectativas de su oficio. También es el resultado triunfal de un viaje profundamente personal.
El tema más destacado, “La Presa“, es una canción de salsa en la línea clásica de Héctor Lavoe o Rubén Blades. Es una colaboración con los compositores y productores venezolanos Servando Primera y Yasmil Morrufo, y cuenta con los coros de nada menos que Jerry Rivas, Luisito Carrión y miembros de El Gran Combo de Puerto Rico. Es raro escuchar a una joven artista interpretar una canción de salsa desde el punto de vista de una mujer. Además, Nathy impregna de sátira y humor negro lo que podría ser un mero tropo romántico.
En “Manhattan“, con la colaboración del artista de trap argentino Duki, se eleva por encima de quienes la odian. Es raro oír a Nathy dirigirse a ellos sin rodeos, pero una vez más se mantiene fiel a sus experiencias de los últimos cuatro años como parte de su cruda honestidad. Envidia”, precedida por una introducción de C. Tangana, es también una toma teatral, incluso humorística, de lo venenosa que puede llegar a ser la sociedad. “El humor es lo que me mantiene viva, lo juro”, dice Nathy sobre reír la última. “Dios siempre te dará una oportunidad, pero depende de ti si la aprovechas o si malgastas tu energía preocupándote por los asuntos de los demás”.
En una industria a menudo caracterizada por la superficialidad, la autenticidad de Nathy brilla, recordándonos que se puede ser una mujer poderosa y ambiciosa a la vez que se muestra vulnerabilidad y se es abierta a la hora de navegar por los desafíos de la vida.
En esa línea, “El día que perdí mi juventud” es una nostálgica canción acústica que recuerda al pionero del rock argentino Litto Nebbia. Cuenta con la guitarra del productor Dev Hynes (que graba bajo el nombre artístico de Blood Orange). Nathy y Hynes, que ha producido para Solange, Sky Ferreira, la grabaron juntos en su estudio casero de Londres.
El álbum debut de Nathy ‘Calambre’, aclamado por la crítica en 2020, la catapultó a la fama y al éxito, ganando el premio al “Mejor Álbum Alternativo” en los Latin GRAMMY 2021, cosechando éxitos con Bizarrap, C. Tangana y Tiago PZK, actuando en Coachella, agotando las entradas de dos Movistar Arenas en Buenos Aires y realizando giras por toda España. Pero el celo que la caracteriza y su extenuante ética de trabajo tuvieron un coste personal. Entre actuaciones, acuerdos con marcas y lanzamientos de nueva música, en 2022 y 2023 se puso rápidamente a trabajar en la escritura y producción de nuevo material que serviría como álbum de continuación. “Está arraigado en mí, soy una mujer fuerte, pero perdí la noción de mi propia humanidad”, dice sobre sus altos estándares autoimpuestos, que junto con las presiones de la industria, y una serie de desamores románticos, comprometieron su salud mental y la dejaron emocionalmente insatisfecha. “Era como un robot que se decía a sí misma: ‘Soy una gladiadora’. Pero tuve que volver a aprender a disfrutar de las cosas sencillas de la vida que no eran trabajo”.
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