Vetusta Morla a “La Deriva” en el Plaza Condesa…
Texto: Juan Carlos Hernández | @JC_Halaneo
Fotos: Bernardo Ameneyro | @nayoameneyro
#VetustaMorlaMx
“Guay” y de “puta madre” Vetusta Morla en el escenario de El Plaza Condesa con el atasco de luz estrobo en azules, rojas y blancas (las más intensas), pero mejor aún la energía de Juan Pedro Martí, vocal de la banda; showman con energía (que parecía) casi inagotable, tanto que no paró de bailar en el escenario las poco menos de dos horas que duró “La Deriva”, título que da nombre al disco que los trajo al Distrito Federal, y canción con la que abrieron la faena.
Bunbury, con la interpretación de “Maldita Dulzura”, fue la gran sorpresa de la noche (quizá un adelanto de lo que sería su Unplugged, donde estarán de invitados los de Vetusta). Las luces blancas en guiños constantes acompañaron las interpretaciones de “Lo que te hace Grande” y “Golpe Maestro”. Compuesto en su mayoría por españoles (en la entrada uno quiso re vender un boleto: la novia le había cancelado, dijo), desde las primeras canciones el público no dejó de bailar: son buenos para las fiestas (esa es la impresión que daban).
Previo a que subieran al escenario los españoles, The Chamanas calentaron el entarimado por más de media hora. Después de recordar su visita anterior a la Ciudad, en el Teatro Metropólitan, y de agradecer la presencia del público, Martí aconsejo aprovechar cada momento de la vida, tal y como lo haría “La mosca en tu pared”, y pareció que el consejo se guió al pie de la letra: la gente no paró de bailar desde ese instante, incluso en las canciones más lentas (caso en que los pasos bajaron de velocidad).
Continuaron “Pirómanos”, “Fuego” y “Rey Sol”, “Cuarteles de invierno” y “Al Respirar”. Cerveza en mano, las luces delataban a los fanáticos cantando las letras, en perfecta sintonía con el intérprete principal, que por cierto seguía con excelente energía. Después de “Baldosas Amarillas”, “La Grieta”, “Sálvese quien pueda” (de las que provocaron más euforia), “Un día en el mundo” y “Sahaberry Road”, llegó “Maldita Dulzura” ante las ovaciones de la gente en cuanto supo el nombre del invitado (con quien por fin pudieron coincidir en el mapa, dijo Martí). Bunbury hizo su parte, dijo “gracias”, y se retiró del escenario dejando a los estelares terminar la noche.
“Mapas”, “El hombre del saco” y “Fiesta Mayor” cerraron la primera despedida, esta última se atendió con mucho baile, recomendación de Martí que hizo lo propio en el escenario.
Despedida sin tanto suspenso y después el griterío para que Vetusta Morla volviera al escenario a concluir el jueves con “Copenhague”, “Valiente” y “Los días raros” (el último cambio de la noche para satisfacer las peticiones del público); el final se prolongó unos minutos más, con más riffs, más baile, más estrobos y más gritos. El escenario se apagó.
The Chamanas