Presentación oficial del disco “Todo nos trajo hasta hoy”…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
#SanPascualitoRey
#TodoNosTrajoHastaHoy
La noche del pasado sábado 3 de junio se llevó acabo uno de los mejores conciertos del primer semestre del año en lo que a rock nacional y subrayamos: mexicano, provocado por la presnetación En Vivo del álbum Todo Nos Trajo Hasta Hoy, logrado por San Pascualito Rey, cuarteto integrado por Pascual (voz), Alex Otaola (guitarras), Juan (bajo) y Luca (batería) quienes rifaron de principio a fin con 25 temas que transitaron su discografía y demostraron su evolución y bendita incapacidad de quedarse estacionados en un estilo en uno de los mejores vendes de la ciudad lo que les permitió tronar .
Con Pascual Rey acompañado únicamente de una grabadora y su guitarra, comenzó con un tema del disco Deshabitado: “¿Por qué?”, continuaron con “Beso de Muerto” del entrañable álbum Sufro Sufro Sufro, y ya ubicados en sentimientos pasados, rifaron con otra joya: “Carne Abierta” del disco Valiente, un tema harto sentido que le da voz a los olvidados a los que no tienen oportunidades y nos revelan la gran mentira en la que vivimos y que es contada por un puñado de enfermos que administran los recursos que ven como propios, dejando a millones a su suerte, olvidando que somos la misma cosa y que cada desaparecida, cada jornalero, cada paisano lo llevamos con nosotros todo el tiempo y no hay que dejar de hablar de ello.
La primera ovación de la noche llegó pronto con el tema “Aquí Estaré” donde todo el punch y evidente trabajo en lo que a conjunto se refiera nos regaló una pieza emocional de sublimación absoluta, presagio de melancolía que se cura desgañitando que aguantar vara es posible y demostrando que cantarle al desamor no tiene que ser ni soez ni remotamente alentador, sino personal y con los huevos en la mano.
Con “Lo Que Quieres Ver”, llegaron los temas nuevos, del disco recién lanzado Todo Nos Trajo Hasta Hoy dejando claro la bendita capacidad y compromiso por seguir explorando sonidos, mismo que quedó subrayado con un breve intro muy fuky que Juan se rifó con un solo de bajo previo al tema “Desaparecemos”.
De regreso al disco Deshabitado y Valiente continuaron a “Olvidate De Mí” y “Despertar” respectivamente para conectar de nuevo con algo de manufactura reciente: “Hasta Dónde” y “Enemigo Mío” y de nuevo el juego atemporal recordando lo que otrora fuera la carta de presentación de Valiente: “Salgamos De Aquí” y que dicho sea de paso demostró la cualidad imprescindible de la banda: la complicidad que hace consciente a cada uno de sus integrantes como parte de un todo, una buena apuesta cuando todos tienen talentos sobresalientes, jugar para uno sería seguro exitoso, pero no tendría la misma calidez que permite al público exigir la autoría de cada una de sus palabras cantándolas a manera de ceremonia catártica, una purificación masiva que debería de darse por lo menos una vez al mes.
A sabiendas de lo que anterior provocaría el pulso acelerado del respetable, dieron la bienvenida al fabuloso cuarteto de vientos Los Tombotones, invitados especiales que adornaron temas como: “Bailón”, “Te Voy A Dormir” y “Nos Tragamos”; dicha inclusión permitió que el ambiente purista al estar frente a una banda de culto se soltara un poco; la declaración formal de fiesta fue frontal mediante sonidos guapachosos, provocados por el maestro Otaola que experto en esos menesteres de exploración sonora con cierto sentido orquestal, la hizo también de director musical incluyendo o mejor dicho dando la bienvenida a los trombonistas.
Continuaron con una tanda de nuevos temas: “Nunca Te Voy A Olvidar”, “En La Obscuridad”, “Arde El Pecho” y “En Estampida”, mención aparte lo hecho por Juan en el bajo, dando cátedra en lo que a tiempos y estructura se refiere.
Momento de otro flashback: “Si Te Vas”, momento de luces rojas tenues y baile pasea en solitario o acompañado; ya embelesados en medio de una atmósfera de autocomplasencia absoluta, algunos nos perdimos entre recuerdos y nuevos reconocimientos de la ubicación perimetral en lo que a temporalidad se refiere; justo así como Juan Rulfo lo hacía mediante palabras; lo mismo daba, ya fuera en la colonia Condesa, en la Obrera o un cabaret del Centro Histórico, era momento de volver a curar viejas heridas, algunas más presentes , expuestas o evidentes de lo que suponíamos.
Ya encarrerados de éxitos, la recta final del concierto era evidente y previo al entretiempo y el bajón de luces, rifaron con otros dos temas harto queridos por el respetable: y “Caemos O Volamos” y “Canción Que Quema”.
Luego de la pequeña pausa, regresaron para terminar de despedirse de su público con cuatro temas más: “Disturbios”, “Tuyo”, “Todo Nos Trajo Hasta Hoy” y “Flush”.