Como los buenos vinos…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel
twitter: @nayoameneyro
#Chicago4ever
La noche del pasado martes 3 de marzo de 2015, asistimos gustosos a la invitación hecha por nuestros amigos de Zignia Live a la cobertura del concierto de la legendaria Big Band de Rock Chicago, quienes se presentaron en la Arena Ciudad de México ante poco más de 8,000 fans mexicanos quienes les han seguido la pista por casi medio siglo de carrera.
Chicago es un referente obligado de la historia en lo que al género se refiere puesto que simple y sencillamente lo han logrado todo, más de 100 millones de discos vendidos ¿se dice rápido verdad? más en una época donde la gente ya no compra discos completos y descarga uno o dos temas, esto a pesar de que estamos hablando de una banda que lograron encumbrar en la cima 5 de sus discos y claro encabezar 20 listas top ten por sus sencillos convertidos en éxitos.
¿Pero cómo mantener esa sonrisa durante varias décadas en su público?
Simple, siendo un referente, ellos son pioneros en incluir instrumentos de viento y fusionar lo mejor del rock con lo mejor del Jazz, el Soul y el Rhythm and Blues, eso es lo que les ha permitido conectar con por lo menos dos generaciones con la humildad que sólo a los grandes caracteriza.
Me explico: Nadie está peleado con el micrófono ni con el hecho de compartir los reflectores, ése tipo de detalles es lo que obliga a llamar maestros a tipos como Robert Lamm que se le sigue viendo ansioso y respetuoso del público que tiene enfrente, se preocupa por conectar con cada fila y compartir su música, es decir, seguir sembrando para cosechar los siguientes 48 años.
Los temas elegidos no para recordar sino para crear nuevos recuerdos fueron: “Questions 67 and 68”, un clásico escrito por Lamm cuando compartía el micrófono con Peter Cetera en 1969 y se hacían llamar The Chicago Transit Authority, el ensamble de músicos brilló desde los primeros acordes, el conjunto de viento conformado por James Pankow (trombón), Lee Loughnane (trompeta) y Walter Parazaider (saxofón), simple y sencillamente te vuela la cabeza.
A la tanda de éxitos de hace más de tres décadas le siguieron: “Dialogue”, “If You Leave Me Now”, “Alive Again” donde James Pankow era el más divertido arriba del escenario haciendo ver chiquito el escenario y dándose el lujo de cantar.
El primer latigazo de temporalidad llegó con “Now” de reciente manufactura (2014), “Call On Me” y “I’ve Been Searching So Long” se encargaron de devolvernos al pasado.
“Another Rainy Day In New York City”, ”Look Away” y “Happy Man” fueron parte de la tanda acústica de la noche, donde presumieron nuevos arreglos; lo mejor estaba por venir… “Canon”, “Old Days”, “Does Anybody Really Know What Time It Is?”, “Hard Habit To Break”, “You’re The Inspiration”, un rolón para los que nos dejamos apendejar por completo por amor, una verdadera joya, lástima que nos tocó escucharla en traje de forever alone.
Sin tregua alguna, los acordes de “Beginnings”, “I’m a Man” y “Street Player“ colocaron al respetable en una atmósfera diferente, a destacar el solo de batería de Tris Imboden, que dicho sea de paso creo que es la más bonita que he visto, y de Walfredo de los Reyes en las percusiones, una verdadera cátedra de lo que es desbaratar los tambores con clase.
Un breve respiro con los clásicos “Just You N’ Me” y “Hard to Say I’m Sorry”, de regreso a los decibelios fuertes, continuaron con “Getaway”, creo que en lo personal fue el primer referente con la banda que ponía mi madre no importando la ocasión.
Ya en la recta final, acelerador a fondo para los exitazos “Saturday In The Park”, que dicho sea de paso cumple con lo que significa hacer música que trasciende: suena reciente, es atemporal, parece que la tocan unos chavitos con inclinación vintage y fuertes influencias setenteras, una cachetada llena de simpleza, eslabón o referente musical de lo que comentábamos hace un rato sobre la fusión de géneros y que algunos chavitos nos pretenden vender la idea de que es iniciativa que “refresca” (sic) al género.
Para terminar una gran noche: “Feeling Stronger Every Day”, “Free” y “25 or 6 to 4”, sin duda los mejores ejecutados de la noche, lo que les permitió terminar el recital como empezó: brillando en conjunto cosa fácil de decir pero que pocos atienden ya que implica una simple y sencilla fórmula: (trabajo + trabajo)²= TRABAJO.
Conciertazo, apostamos a que regresen pronto…
Y como dicen en la radio: Nos somos viejos, somos clásicos…