Noche de líricas incorrectas y transgresoras…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
Con un set list bien balanceado de lo concretado en este nuevo milenio, el performance de anoche tuvo a bien la elección de 13 temas que dicho sea de paso, sirvieron coo carta presentación de las producciones discográficas que en su momento se posicionaron en el gusto de su fiel legión de seguidores a lo largo y ancho de nuestra República Mexicana.
La primera terna de temas correspondieron al inicio de los años 2000, referente del desde entonces denominado nuevo rock Latinoamericano, un referente gestacional del nuevo milenio y claro el juego atemporal y promocional de abrir con un tema de su disco Trinchera (2022): “Bye Bye”, “Los Calientes”, Jessico (2001), “Putita”, Infame (2003).
Del álbum A propósito (2011): “Flora Y Fauno”, el riff inconfundible, marca un punto climático diferente en el performance de Adrián Dárgelos quien lució con el tema “Ingrediente” del álbum Discutible (2018), un verdadero cachetadón existencial, una lírica que aporta y mucho a la discusión sobre el tema del amor, y las tristísimas idealizaciones que hacemos con tal de remendar nuestras carencias.
Momento de regresar a dos temas de reciente manufactura, del álbum Trinchera (2022): “Mimos Son Mimos”, y “Paradoja”, temas 1 y 2 del disco en cuestión.
Continuaron con “La Lanza”, “Mentira Nórdica”, “La Pregunta” y “Deléctrico”, del disco Jessico (2001), considerado el mayor referente musical de la banda argentina; sin duda una referencia melódica entre lo que en su momento se consideraban ritmos automatizados y el rock, un tema harto bailable que se volvió atemporal y nos recuerda que los elementos disímiles pueden no solo convivir, sino complementarse.
Ya con la temática promocional bien definida y de repaso de los temas que los han posicionado como una de las bandas sudamericanas más queridas en México, continuaron con “Capital Afectivo” y “Pendejo”, “Cretino”, “Así se Habla”, “Viento y Marea”, “Desfachatados”, “Irresponsables”, “Sin Mi Diablo”, “Trinchera”, “Anubis”, “Como Eran Las Cosas”, “Carismático”, “Yegua” y “La Izquierda De La Noche”.
Luego de un breve entretiempo, cerraron con broche de oro con: “Vacío”, “Risa” y “El Colmo”, dejando un grato sabor de boca en el público respetable que abarrotó el llamado Domo de Cobre.
Una verdadera chulada de líricas incorrectas, trasgresoras, harto dolosas y necesarias que bien podrían ser consideradas partes de un rompecabezas de un manifiesto que nos ubica en su caos, ante la imposibilidad de curar demonios con el simple hecho de quedarse quietos, sino que nos recuerdan que hay que reconocerlos, por muy doloroso que sean para trabajarlos y entonces trascender.