Regreso triunfal del power trío chileno a CDMX…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
#Sesión3000
Con el oficio que dan poco más de tres décadas de contar su historia a través de la música, el power trío chileno de rock conformado por Claudio Valenzuela (Voz), Eduardo Caces (Bajo) y José Miguel Foncea (Batería), regresó al otrora Distrito Federal para reencontrarse con el público chilango con show renovado y nueva música bajo el brazo como parte de su gira Sesión 3000.
La noche del pasado sábado 26 de octubre, se presentó la agrupación chilena, Lucybell en el Auditorio BB, interpretando lo mejor de su discografía así como temas inéditos bien ligados al repertorio que sirvió de portal del tiempo que contó la historia a manera de repaso de los temas que los posicionaron en el gusto del público respetable que se dejó embelesar por momentos nostálgicos y harto emocionales, comenzando de a poco y subiendo cada vez los decibelios en medio de una gran conexión que solo se da entre buenos amigos y bastan un par de cheves para ponerse al día y reiniciar donde dejamos todo.
No llevan prisa, no se estorban, hay respeto y el buen ánimo es evidente, saben que para enamorar al público respetable no hay que forzar nada: “Instinto”, “Eclipse”, “Caballos de Historia”, “De Sudor y Ternura”, “Piedad”, “Rojo Eterno”, “Tu Sangre”, “Carnaval”, “Pez Sin Auxilio”, “Milagro”, mención a parte la belleza de “Mataz”, provocando la cadencia en caderas y desgañite de voz del respetable que reconoce en la belleza del amor el miedo irremediable de que algún día ya no esté.
La estructura la proporciona el bajo del maestro Eduardo, es tan mañoso como elegante, los adornos y armonías, principalmente vocales son proveduría del señorón Claudio que presume vocerrón y melodía vocal con un color de voz muy singular, de esos que se catalogan como cálidos, ya sabes, que parce que te está hablando a ti, mientras te abraza y te arrima la lámina; los puntos climáticos y da el sentido ponchado o rockero y hace lucir todos los fierros usados arriba del escenario son proporcionados por el buen José Miguel desde la batería: “Ten Paz”, “Infinito Amor”, “No Me Olvides”, “Sálvame la Vida”, “Sembrando En El Mar”, “Si No Sé Abrir”, “Lunas”, “Luces No Bélicas”.
Las influencias, referencias y arraigo, son muchas tras haber enfrentado de todo, se nota la escuela y gustos musicales diferentes, mismos que son bien balanceados, que van desde remates de jazz, la visceralidad del rock anglosajón emulada desde niños, hasta esquemas orquestales harto inmersivos: “Tú”, “Viajar”, “Tu Espíritu”, “Fe”, “A Perderse”, “Cuando Respiro”.
Momento de estreno en el acto En Vivo: “De Este Amor No Sabrás Huír”, bastan unos segundos para ver de qué va, a la vieja escuela, el tema fue planeado de manera sesuda para el directo, las capas sonoras evidencían la maña y visión de los originarios de Santiago de Chile que en los oídos de cualquiera parecería que son un chingo en el ensamble musical, pero no, son los mismos tres.
Trancazo al cora y los recuerdos con “Mil Caminos” y “Vete”.
Enhorabuena.