Vampiros y luchas, The World Is a Vampire y sus actividades…
por: Ángel Santillán
Fotos Cortesía OCESA : Lulú Urdapilleta – Liliana Estrada – Santiago Covarrubias
Los vampiros se congregaron en el Foro Sol para deambular en al ritmo de música oscura a pleno rayo ardiente de un sol que caía directo sobre las almas que llegaban de a poco, a The World Is A Vampire, El proyecto/festival alterno idea de Billy Corgan; frontman de The Smashing Pumpkins que eligió la República Mexicana para realizarlo.
Con sólo dos escenarios: uno dentro del Foro Sol y otro a las afueras del mismo, The World Is a Vampire vistió de negro la tarde del sábado 4 de marzo que arrancó con la agrupación mexicana El Shirota de un lado, y Acid Waves en el otro comenzando sus sets al mismo tiempo.
Algo inusual que partió de las ideas de Billy fueron las funciones dos espacios en el horario para las luchas, en las que las organizadores NWA y AAA fueron partícipes con sus estrellas cada una.
Uno de los puntos en contra al festival fueron sus terribles horarios, sobre todo al empatar a Deafheaven y Chelsea Wolf, pudiendo recorrer al menos media hora del show de las luchas, o empatarlos con estas mismas para poder apreciar bien a ambas bandas que lo hicieron realmente bien en sus respectivos escenarios.
Tras el segundo y último evento de luchas en el The World Is a Vampire, llegó uno de los actos más esperados del festival con Turnstile robándose el show un gran set, que pese a ser corto, se notó el alargamiento con un solo de batería enorme y algo innecesario, pero que no nubló para nada la gran presentación de la banda estadounidense que cada vez afianza más seguidores.
Interpol es una de las bandas que si bien es un recurrente en México (incluso hasta el hartazgo) su gente es garantía que no les abandonará nunca. Su show en el festival fue otra muestra más de eso y los neoyorquinos les devolvieron el favor con un gran repertorio de mucha nostalgia con todos sus hits.
Una gran falta de respeto ocurriría aproximación con Peter Hook & The Light, al que le quedó pequeño el escenario B en el que cerró sus actividades con un demoledor repertorio de puras canciones de su paso por Joy Division, reviviendo el post punk británico con su potente bajo y haciendo saltar a cuanta alma pudo. El mejor show del festival, sin duda.
Billy Corgan y sus Smashing Pumpkins cerraron su festival en medio de sus mejores temas. Él, enfundado en maquillaje blanco sobre su rostro, recreaba el espíritu vampiresco tras su guitarra y sus interpretaciones que como sorpresa tuvo a Peter Hook para tocar en su compañía al finalizar su set.
The World Is a Vampire, con sus cosas inusuales como festival, tuvo sus grandes aciertos, como lo entrañable que era regresar a comprar lo que sea dentro del festival con dinero en efectivo, sin tanto ajetreo del sistema cashless. Así mismo, la señal de datos fue absolutamente increíble y con buena recepción en todo momento. Quizá todo esto también al ser un festival realmente pequeño en comparación con otros realizados en las mismas instalaciones de mucho mayor amplitud. Pero sí, es algo que de igual forma hay que destacar.
¿Habrá más entregas de The World Is a Vampire en los próximas años? Aún no lo sabemos. Habrá que preguntarle a Billy Corgan y ver si se sigue aventurando a esta nueva propuesta.